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Cómo reconocer los signos de ansiedad y depresión en los adolescentes

Reconocer los signos de ansiedad y depresión en adolescentes es fundamental para brindarles el apoyo necesario. Aquí hay algunos indicadores a tener en cuenta: 

Signos de Ansiedad 


  1. Preocupación Excesiva 

    Preocupaciones constantes sobre el rendimiento escolar, relaciones o eventos futuros. 


  2. Inquietud o Agitación 

    Dificultad para relajarse, inquietud física o nerviosismo. 


  3. Evitar Situaciones 

    Evitar actividades sociales o situaciones que antes disfrutaban, como salir con amigos o participar en eventos. 


  4. Síntomas Físicos 

    Quejas frecuentes de dolores de cabeza, estómago o fatiga sin razón médica evidente. 


  5. Dificultades de Concentración 

    Problemas para concentrarse en tareas escolares o actividades cotidianas. 


  6. Cambios en el Sueño 

    Insomnio, pesadillas o dormir en exceso. 


Signos de Depresión 


  1. Tristeza Persistente 

    Sentimientos de tristeza o vacío que persisten durante semanas. 


  2. Pérdida de Interés 

    Desinterés en actividades que antes disfrutaban, como pasatiempos o deportes. 


  3. Cambios en el Apetito 

    Aumento o pérdida significativa del apetito, junto con cambios de peso. 


  4. Fatiga o Pérdida de Energía 

    Sensación constante de cansancio o falta de energía, incluso después de descansar. 


  5. Aislamiento Social 

    Retraimiento de amigos y familiares, así como una disminución en la comunicación. 


  6. Sentimientos de Culpa o Inutilidad 

    Críticas severas hacia sí mismos, sentimientos de culpa o inutilidad que no parecen justificadas. 


  7. Dificultades en la Toma de Decisiones 

    Problemas para tomar decisiones cotidianas o para concentrarse en las tareas. 


Conclusión 

Si notas varios de estos signos en tu hijo adolescente, es importante abordar tus preocupaciones de manera sensible y abierta. Considera la posibilidad de buscar la ayuda de un profesional de la salud mental si los síntomas persisten o afectan la calidad de vida de tu hijo. La intervención temprana puede hacer una gran diferencia en su bienestar emocional. 










 
 
 

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